En traumatología es cada vez más frecuente el uso de infiltraciones de ozono/oxígeno para tratar patologías músculo-articulares.
Su uso se respalda en la existencia de diversos trabajos científicos que ponen de manifiesto la utilidad del ozono infiltrado como analgésico-antiinflamatorio.
La forma y cantidad a administrar dependerá del punto a infiltrar y del grado de degeneración.
Este tratamiento ofrece soluciones para numerosas patologías a lo largo de toda la anatomía corporal: puntos gatillo, contracturas, síndrome miofascial, tendinitis, etc.